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INFORME DEL DOCTOR ARQUITECTO D. RAMÓN MELGAREJO RUEDASOBRE LOS ELEMENTOS Y ZONAS QUE SE DEBEN RESTAURAR EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓNDE BARCHíN DEL HOYO

Mayo de 1.994


Este informe se refiere inicialmente a dos daños de mucho mayor importancia que el resto. El primero, si no se repara, puede seguir creciendo hasta llegar a causar resultados de ruina en plazo no muy lejano, y, el segundo, está causado por una transformación que ha disminuido de forma importante el valor arquitectónico del templo.

Después enumero los deterioros y desajustes que se han ido produciendo o ejecutando a lo largo del tiempo pero, todos ellos, de menor importancia que los dos primeros.

Para ello se utilizan los siguientes apartados:
  1. Descripción sucinta del edificio.
  2. Daños de mayor magnitud.
  3. Daños de menor importancia.
  4. Daños en los elementos muebles.
  5. Daños en los atrios.
  1. DESCRIPCIÓN SUCINTA DEL EDIFICIO.


  2. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de Barchín del Hoyo, fue construida en el siglo XV, con planta basilical de tres naves.

    La separación de la nave central de las dos laterales está formada por esbeltas arquerías, que se apoyan en pilastras de piedra labrada, todo ello con carácter y molduración góticos.

    Las naves laterales se cierran al exterior con muros ciegos de mampostería, en cada uno de los cuales hay una portada de entrada a la iglesia.

    También la fachada occidental, que cierra los pies del templo, pues éste está orientado de modo que el celebrante, de cara al altar, mire hacia Oriente, se hizo con muro ciego de mampostería.

    La capilla mayor, en un ábside prolongación de la nave central, y la sacristía adosada a la fachada Sur, fueron añadidas en el siglo XVII.

    El fondo a los pies de nave lateral Norte está ocupado por la torre o campanario, de planta cuadrada, pero sin resaltar en absoluto de los cerramientos Norte y Oeste de la iglesia; en los pies de la nave central está situado el coro, con una elevación de cinco escalones sobre el resto de la nave; y al fondo de la nave lateral Sur se halla una pequeña capilla bautismal.

    Por tanto suprimiendo el ábside de la nave central y la sacristía, así como una capilla lateral, que también se añadió en el siglo XVII, resulta claro que, en sus orígenes, la planta de la iglesia fue absolutamente rectangular.

    La cabecera de las tres naves de la iglesia, con la sacristía que se construyó en el lateral Sur, es la parte más elevada sobre el terreno circundante. Por ello, la calle que bordea la cabecera tiene un nivel de aproximadamente tres metros por debajo del solado del templo.

    Se aprovechó el fuerte desnivel que existía entre el solado de la sacristía y el terreno sobre el cual se edificó, para construir un sótano como almacén de la sacristía, al cual se bajaba desde el interior de ella.

    Como la calle a que me estoy refiriendo, que bordea la fachada Este del templo, constituye el principal acceso del pueblo a la iglesia, existe un fuerte desnivel desde él a las dos portadas de las fachadas Sur y Norte. En la fachada Norte la calle que bordea a la iglesia sube con una rampa continua hacia el Oeste, pero en la fachada Sur un amplio atrio a nivel con la portada, hace que éste esté a unos tres metros de altura por encima de la calle.

    Por ello, cuando en siglo XVII se construyó la sacristía y el atrio Sur, también fue necesario construir una gran escalera de piedra labrada, con planta en forma de Z.

  3. DAÑOS DE MAYOR MAGNITUD.


    1. El daño principal, y más peligroso, que afecta a la estructura y estabilidad de la iglesia, es el desplome, en la zona posterior o pies de la misma, de los muros que cierran al exterior las dos naves laterales, y también, aunque en menor medida, las dos separaciones laterales de la nave central.

      Estos desplomes deben estar causados por empujes de la cubierta, y aunque en los dos son importantes, son más acusados en el muro Sur que, con una altura aproximada de 6 m., manifiesta un desplome de 15 cm. como mínimo.
    2. El otro daño transcendente, éste producido por una reforma incomprensible a no ser por un incendio o hundimiento, es un falso techo o cielo raso de yeso que se colocó, en fecha indeterminada, cubriendo la estructura de madera de la cubierta de las tres naves. La cubierta que por lo cepos, que todos subsisten, y por las pechinas de las cuatro esquinas de la nave central, dos de ellas al descubierto, parece que se trata de un artesonado de lacería mudéjar de gran interés arquitectónico.

      La reforma que se hizo al cubrir el artesonado afecta toda la arquitectura interior del templo, y, por tanto, me parece fundamental investigar el estado del antiguo artesonado y su posible recuperación, para que pueda ser contemplado de nuevo, en caso de que subsista oculto por el guarnecido de yeso.

  4. DAÑOS DE MENOR IMPORTANCIA.


  5. De menor necesidad y urgencia de restauración me parecen los siguientes deterioros, que han ido apareciendo por otras reformas efectuadas en distintas épocas o por el envejecimiento producido por el tiempo.

    1. En el coro del que ya he hablado, se montó en el siglo XVII un gran órgano. Su instalación provocó el cierre de la subida al campanario, al cual se accedía desde el coro y, como solución se añadió, al exterior del rectángulo general de la planta del templo, una pequeña habitación de paso, con puerta al coro y a la torre de las campanas.

      Este pequeño compartimiento, de 1 m. y pico de anchura, 3 m. de longitud aproximada y 2 a 3 m. de altura, representaba una irregularidad tan pequeña en el volumen general de la iglesia, que no llegaba siquiera apercibirse.

      Más tarde quizá para utilizarla como almacén, se amplió esta habitación hasta 3 ó 4 m. de anchura, en lugar del metro que tenía en un principio, y esto ya si produce una distorsión en las líneas sobrias del templo, y un estorbo para la circulación alrededor del mismo.

      Como hoy esta pequeña habitación está muy derruida, y no tiene utilidad alguna, creo que se debe eliminar totalmente la ampliación, manteniendo únicamente el primer compartimiento de 1 m.

      También, sin que yo sepa como ha sucedido, se ha adosado a la fachada occidental de la iglesia un pequeño corral de ganado que, indudablemente, debía desaparecer o, al menos, se debía alejar 3 ó 4 m. de la iglesia y del atrio Sur, con el cual también está en contacto.


    2. Mediado el siglo XX se construyó un frontón para jugar a la pelota, aprovechando la fachada Norte de la Iglesia, y haciendo otro muro ortogonal a ésta. La cancha del frontón ocupa el atrio Norte del templo, y el nuevo muro construido descompone su volumen exterior. Afortunadamente no se revistió el muro Norte de la iglesia, que mantiene su llagueado original.

      Este nuevo muro adosado a la iglesia debe ser eliminado, y el atrio Norte recuperado teniendo en cuenta, sobre todo, que en el pueblo ya se ha construido un nuevo frontón público.


    3. En la segunda mitad de este siglo, en el muro Este de la sacristía se abrió una portada para poder emplear el sótano, que bajo ella existía, como garaje, perforando también otro hueco en el muro Sur, para utilizarlo como ventana de iluminación al garaje.

      La portada que se abrió tiene una puerta de chapa de hierro plegada, y como dintel una vigueta vista de hormigón prefabricado.

      Esta obra inadecuada debe ser anulada, para devolver a la sacristía, y a su sótano, su estado original.


    4. En general, las partes bajas de los muros de toda la iglesia presentan, en su parte exterior, el llagueado de la mampostería descompuesto por el paso del tiempo, lo que origina que las piedras de la mampostería se descarnen y se quiebren en sus bordes.

      Este deterioro es dañino y, dada la facilidad de su restauración, deben llaguearse de nuevo todas las zonas descarnadas.

      Además se deben de restaurar los sillares de las partes bajas de las esquinas de los muros, que también están descarnados por la agresión de las personas al caminar alrededor de la iglesia.


    5. La portada de la fachada Sur también tiene deterioros, sobre todo la hornacina situada sobre la puerta. Parece ser que la piedra que se empleó para la construcción de esta hornacina es más blanda que el resto que se usó en la portada, pero el caso es que estas piedras están muy descarnadas, y las molduras que existieron están irreconocibles.

      Como resumen, pienso que se deben restaurar también algunas piedras de esta portada.

      Cuando en el siglo XVII se construyó, se hizo un poco más alta que el muro en que iba a ser empleada. Por ello, interrumpía el alero del tejado de la fachada Sur de la iglesia. Recientemente, para resolver esta dificultad, se ha elevado el muro encima de la hornacina formando un pequeño frontón, con tejado a dos aguas.

      Estimo que no es una solución adecuada, y que hubiera bastado con subir el muro, y cubrirlo horizontalmente con una albardilla lomuda, como la que hay sobre el antepecho que bordea casi todo el atrio.


    6. Algunas ventanas de las fachadas presentan pequeños problemas.

      La ventana también hecha en el siglo XVII, situada en la parte baja del muro Norte de la torre, tiene el dintel roto. Se debe restaurar, pues hoy rellena con yeso la parte de piedra que le falta, tiene aspecto de ruina.

      En el centro de la fachada Oeste, seguramente para iluminar el coro, se abrió una ventana de gran tamaño. No se le puso ni dintel ni guarnición de piedra labrada, como tienen todas las demás. En mi opinión, o se le pone la guarnición de piedra que le falta, o bien puede cegarse con mampostería, pues creo que hoy es innecesaria.

      Existen dos ventanas góticas, con muy buena labra en su guarnición exterior, que hoy están cegadas. Ello se debe a que en el interior se han instalado dos retablos que las cubren.

      Otra ventana gótica, mucho más sencilla, existe en la fachada Norte de la torre. Esta ventana no tiene, nunca tuvo ni la necesita guarnición de piedra labrada. Su único problema consiste en rehacer su carpintería.

      En la parte baja de la pared lateral Sur del ábside se ha hecho un pequeño agujero, para instalar dentro, el contador de energía eléctrica de la iglesia. Ello también obliga a que de este punto, y subiendo de alto en bajo por ábside, parta la acometida de la electricidad. Pienso que, además del daño estético que produce, no es un lugar adecuado para esta instalación que, posiblemente podría estar en la sacristía.


    7. El solado de las tres naves de la iglesia consistía en un entramado de madera, formando rectángulos de las dimensiones de una sepultura. Estos rectángulos estaban pavimentados con baldosa cerámica, excepto una franja, que seguía el eje de la nave central desde las gradas del presbiterio a las gradas del coro, en la cual ya existían enterramientos cubiertos por losas de piedra labrada.

      Hace pocos años, se substituyó el solado de toda la nave central por baldosas hidráulica de color amarillo.

      Es necesario restituir el solado de esta nave central a su estado primitivo, o al menos, aunque no vuelva a ponerse la franja central de losas de piedra labrada, volver a solar toda la nave con el entramado de madera y las baldosas cerámicas, que siguen subsistiendo en las dos naves laterales, y que también necesitan restauración pues las baldosas están muy desniveladas.


    8. En la guerra del 1.936-1.939 se desmontaron las cuatro campanas, para utilizar el bronce de las mismas con otros fines.

      Más tarde por motivos que desconozco, se cegaron, desigualmente en altura, las partes bajas de los cuatro esbeltos vanos donde estaban alojadas las campanas en la torres de la iglesia.

      Para restituir su aspecto y su arquitectura, es necesario volver a rasgar estos vanos, para que adquieran sus proporciones auténticas.


    9. El guarnecido de yeso, que reviste todos los muros en el interior, también se encuentra envejecido y cuarteado y, en algunos lugares, con desprendimientos.

      Las dos pantallas de pilastras y arcos de piedra labrada, que sustentan la cubierta de las tres naves, se han pintado en azul y amarillo, con tierras de color o con cal coloreada.

      Convendría guarnecer de nuevo, después de descarnar el viejo guarnecido, o al menos hacer esta operación en las zonas más deterioradas. Me parece completamente necesario eliminar la pintura de color de las dos arquerías de piedra labrada.


    10. Las puertas de las dos portadas de entrada a la iglesia se ha rehecho recientemente, pues debían de estar en muy mal estado. Afortunadamente se han conservado, y vuelto a colocar en el lugar que ocupaban, todos los herrajes de las dos carpinterías, e, incluso, las cabezas labradas de los clavos antiguos. Sin embargo, siguiendo la orientación que es corriente en este siglo XX, no se ha pintado ninguna de ellas. Tampoco las carpinterías de las pocas ventanas que existen, que son de mala calidad, están pintadas. A mi manera de ver, se debían pintar todas las puertas y ventanas, pues tanto en el siglo XV como en el XVII se pintaban por sistema todas las carpinterías exteriores.

      También, y aunque se trate de un accidente de muy poca importancia, se deben quitar las telas metálicas que, no sé con que motivo, hay colocadas en algunas de las ventanas.


  6. DAÑOS EN LOS ELEMENTOS MUEBLES.


    1. En la capilla mayor y a ambos laterales de ella, en las cabeceras de las dos naves laterales, se conservan tres retablos, los tres contemporáneos y de igual factura y ornamentación. Son piezas valiosas, muy barrocas, totalmente revestidas con pan de oro y con parejas de columnas salomónicas con racimos de uvas y cabezas de angelotes colgando. Estas columnas salomónicas encuadraban tres imágenes talladas en madera, quemadas durante la guerra de 1.936 y hoy reemplazadas por imágenes modernas sin valor alguno, y también enmarcan tres grandes pinturas al óleo, que sí subsisten.4.1.- En la capilla mayor y a ambos laterales de ella, en las cabeceras de las dos naves laterales, se conservan tres retablos, los tres contemporáneos y de igual factura y ornamentación. Son piezas valiosas, muy barrocas, totalmente revestidas con pan de oro y con parejas de columnas salomónicas con racimos de uvas y cabezas de angelotes colgando. Estas columnas salomónicas encuadraban tres imágenes talladas en madera, quemadas durante la guerra de 1.936 y hoy reemplazadas por imágenes modernas sin valor alguno, y también enmarcan tres grandes pinturas al óleo, que sí subsisten.

      Tanto estos tres retablos, como el de la capilla bautismal, como otros dos situados en los laterales de la iglesia y de menor calidad, están algo dañados, y sería muy conveniente restaurarlos para que recobren la plenitud de su buena presencia.

      También se conservan en los muros laterales del templo dos pinturas al óleo con aspecto de haber tenido buena calidad, pero estas si que están verdaderamente envejecidas y deterioradas.


    2. La plataforma elevada del coro y las gradas para subir a ella, están bordeadas por una balaustrada de madera que ha perdido algunas piezas.

      También en dos de sus laterales subsiste la antigua sillería, aunque también está muy dañada.

      El órgano obra del constructor de órganos Julián de la Orden, nacido en Barchín del Hoyo en el siglo XVIII, y que también intervino en la construcción del órgano de la Catedral de Cuenca e hizo el de la Catedral de Málaga, también fue destruido en la guerra del año 1.936. Hoy solamente subsiste el mueble que lo contuvo. Este mueble es verdaderamente bueno y demuestra que el órgano fue muy importante.


    3. También si es posible, una vez rasgados los vanos de la torre que alojaron las campanas , convendría volver a colocar algunas de ellas de las dimensiones de las primitivas, pues hoy solamente hay dos pequeñas campanas en dos de los cuatro vanos.


  7. DAÑOS DE LOS ATRIOS.


    1. El atrio de la fachada Sur consiste en un andén rectangular muy elevado en sus costados Este y Sur con respecto a las dos calles que lo circundan en esos lados.

      Desde la calle del Este sube la escalera con planta en Z, de que ya he hablado, que tiene todos sus antepechos con albardilla de piedra lomuda, pero cuyos muros están muy descarnados y se deben llaguear de nuevo. También tiene varios escalones de piedra labrada desnivelados y algunos rotos, y tiene también destrozada la bola de piedra que remataba la pilastra de iniciación del antepecho.

      En el antepecho que corona el muro de contención del Sur, ha desaparecido recientemente la albardilla de piedra labrada que lo remataba, y que debía reponerse.

      Al Oeste, donde el terreno adyacente está al mismo nivel que el atrio, es donde también he dicho que hoy hay adosado un corral de ganado, que sería importante alejar para que pueda haber circulación entre el atrio Sur y el atrio Norte, a lo largo de la fachada Oeste de la iglesia.

      Por lo demás, no considero necesario hacer otras obras en este atrio.


    2. Sin embargo, el atrio de la fachada Norte hoy no existe, entre otras razones por culpa de la cancha de juego de pelota que se adosó a la iglesia.

      Después de atravesar la calle que bordea este atrio por su lado Norte, hoy existe una gran plaza, cuyo paseo principal está a eje con la portada Norte de la iglesia. Por tanto ello, cuando se consiga derribar los muros del juego de pelota, que, ya he dicho, destrozan el volumen de la iglesia, sería importante volver a ordenar este atrio Norte.

      En la fachada Norte y en la fachada Oeste de la torre de la iglesia existen dos series de 3 agujeros cada una, que se deben a las cabezas de las vigas que forman los forjados de la torre. Es de necesidad tapar estos agujeros, por su mal aspecto y para proteger las vigas y revocar el relleno con su mortero adecuado para que no se perciban en medio del resto de la mampostería.


    Barchín del Hoyo, mayo de 1994

    Fdo. Ramón Melgarejo Rueda.
    Doctor Arquitecto
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